Este jueves inicia una nueva versión de la Copa América con el duelo entre Canadá y Argentina. En Colombia hay gran expectativa por lo que pueda llegar a hacer el combinado nacional, el cual llega con una racha positiva de resultados y demostrando destacada calidad en su juego, algo que invita a la ilusión de ganar el segundo trofeo en su historia.
Por estos días, el deseo compartido de ver a la ‘Tricolor’ campeonar sugiere una supuesta unión nacional. Costeños, cachacos, paisas, santandereanos, vallecaucanos, pastusos, etc. desean lo mismo: que Néstor Lorenzo y sus dirigidos traigan con ellos el trofeo continental.
En materia de convivencia, la Copa América, así como las Eliminatorias o la misma Copa del Mundo, representan un bálsamo para un país que vive sumergido en el regionalismo. Durante el próximo mes, el lobo del conflicto regional se disfrazará con la blanca lana de la armonía.
En cuanto al fútbol, aunque muchos lo quieran negar, la brecha más grande de discordia sigue siendo entre la región Caribe, especialmente la representación de Junior de Barranquilla, y el resto del territorio nacional. Eso es algo que quedó evidenciado hace algunas semanas, cuando la opinión pública arremetió en masa contra los jugadores rojiblancos por motivo de la protesta ante una injusticia en un partido con Millonarios en Bogotá.
Por aquellos días, volvieron a retumbar las célebres frases: “Junior contra todos”, “todos contra nosotros” o “todos contra Junior”. Un sentimiento que tiene cimiento y justificación histórica precisamente en el certamen que está a punto de comenzar: la Copa América.
En 1945, Junior de Barranquilla escribió un capítulo único en la historia del fútbol colombiano al representar a la Selección Colombia en la Copa América celebrada en Chile. Esta participación marcó la primera vez que la ‘Tricolor’ competía en un certamen internacional, y el equipo barranquillero fue elegido para llevar la bandera nacional en el torneo.
Desde el génesis del fútbol profesional colombiano, con la creación de Adefútbol (Asociación Colombiana de Fútbol) en 1924, ya había constantes diferencias entre las regiones del país. Desde ya se reflejaba el regionalismo en torno a este deporte.
Esta institución, fundada en Barranquilla, incluía clubes de Cartagena, Santa Marta y otras localidades del Atlántico. Pero, desde Cundinamarca, Valle del Cauca y Antioquia también comenzaron a desarrollar sus propias ligas locales, aunque no estaban afiliadas a la FIFA, a diferencia de Adefútbol.
Pese a las disputas regionales, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) solo reconoció de manera oficial a la Asociación barranquillera. Así, cuando Colombia recibió la invitación para participar en la Copa América de 1945 en Chile, Adefútbol conformó un equipo con jugadores de la costa atlántica para representar al país.
Este equipo incluía los nombres de los siguientes futbolistas: Andrés ‘Bolón’ Acosta, Lucas Martínez, Gabriel ‘Vigorón’ Mejía, Juan Quintero, Isidro Joliani, Antonio Julio de la Hoz, Lancaster de León, Roberto ‘Perro’ Gámez, Luis González Rubio, Fulgencio Berdugo, Arturo Mendoza, Humberto Picalúa, Carlos Recio, Juan Navarro, Ricardo López, Juan Peña y Ricardo Granados, Rafael Gabino Granados, Humberto Arbeláez, Juan de Jesús Zapata y Roberto ‘Flaco’ Meléndez, quien también ejerció como entrenador.
La decisión de utilizar la base de Junior de Barranquilla como la Selección Colombia generó una gran polémica en todo el país. Diversas regiones demandaban la inclusión de sus mejores jugadores en la lista que representaría a la nación internacionalmente.
Incluso desde Bogotá se intentó evitar la participación del equipo barranquillero en el torneo, negándoles visas y enviando comunicaciones a Chile, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, para que no les permitieran jugar. No obstante, Adefútbol prevaleció gracias a la autorización de la FIFA y Conmebol.
A pesar de que la costa atlántica se salió con la suya, en la región no se iban a quedar con los actos malintencionados que se orquestaron en el interior del país. Por tal motivo, en la previa del torneo continental, el diario El Heraldo publicó un editorial que resonó en toda Colombia.
“Para representar al país en el evento que hoy por hoy ocupa la atención de millares y millares de gentes de todos los países y latitudes, no era menester el concurso de ‘patilanudos’ en trance de egoísmos comarcanos, ni de paisas avaros y calculadores. Bastaba solamente que, de la greda originaria de la Costa, del limo fecundo de Barranquilla y Santa Marta, arrancara el grito patriótico para que nuestros embajadores empuñaran la bandera nacional, dispuestos a dejar sobre la arena de la gran república tatuada para siempre la huella de sus botas heroicas”.
Editorial de El Heraldo en 1945.
A pesar de las controversias y oposiciones, el Junior de Barranquilla representó a Colombia en la Copa América de 1945, dejando una huella imborrable en la historia del fútbol colombiano y demostrando el potencial y la pasión del fútbol costeño en la arena internacional.