Llenar con mascotas aquel espacio que tradicionalmente ocupaban los hijos en un hogar, es una práctica cada vez más común en la actualidad. La convivencia con animales domésticos otorga a millones de personas ese rol que permite ejercer cuidado especial sobre un ser que necesite de los cuidados de alguien con más experiencia y capacidades en la vida.
Son múltiples las razones de quienes prefieren tener mascotas en lugar de hijos y todas pueden ser justificadas en el sentido de que el ser humano parece ser cada vez más perverso.
Además, el animal es más fácil de moldear. Por más que conserve su instinto salvaje, una persona podrá ejercer control sobre, por ejemplo, un perrito, la mascota más popular en el mundo.
Lo grave radica en querer llevar ese comportamiento al mundo de los humanos, en donde cada quien tiene la capacidad de tomar decisiones sobre los demás por medio del poder que se le ha otorgado en sociedad.
Un comandante manda a sus subordinados, un chef manda a sus asistentes de cocina y un rector manda en el cuerpo de profesores, dentro de los límites que su cargo le permiten. O por lo menos así debería ser.
De la misma forma, un técnico de fútbol manda en un equipo y decide quién juega y quién no. Todos los demás pueden estar en desacuerdo, pero, mientras la institución no comunique el despido o renuncia del estratega, este podrá hacer con su plantilla lo que le venga en gana en el ámbito deportivo.
Se pueden morder el codo, pero un técnico no puede ser el perro de los hinchas, periodistas o directivos, en lo que respecta a la administración de sus jugadores. Mucho menos si los resultados respaldan su trabajo.
Ese es el caso de Néstor Lorenzo, a quien le llueven críticas en las últimas horas por su reciente convocatoria a unos amistosos.
El argentino se ha afianzado en el banquillo de la Selección Colombia con un récord de 16 partidos invictos, entre los cuales se destacan hitos históricos para el seleccionado nacional como triunfos a Alemania y Brasil, algo que nadie había podido lograr antes.
Personalmente, no comparto la decisión de haber dejado por fuera a Miguel Ángel Borja. Pero, de ser cierto lo que algunos periodistas sugieren, que el estilo del delantero cordobés no es del gusto del argentino, pues no hay nada que ser. Es su equipo, él es el que manda y él decide cómo hacerlo jugar.
La Selección atraviesa una transición importante y hay muchas cosas para mejorar. Sin embargo, mientras este señor siga teniendo buenos resultados, con sus jugadores de confianza, con su ‘rosca’; nadie va a poder reprocharle nada.
Si a él no le apetecen los 11 goles que el ‘Colibrí’ lleva en el 2024 y, en su lugar, prefiere la menor destreza goleadora de Rafael Santos Borré, pero esto le sigue funcionando para obtener resultados, pues Lorenzo sigue siendo un perro libre y nadie lo podrá domesticar.