“El fútbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes”, esa es una de las frases más fantásticas que hay en torno a este maravilloso deporte. Es tan buena que incluso es motivo de discusión la adjudicación de su creación. Por un lado, están quienes dicen que la dijo primero el legendario entrenador italiano, Arrigo Sacchi, mientras que otros se la atribuyen al exjugador argentino, Jorge Valdano.
Y es que este enunciado es tan cierto, pues todo lo que se debería generar por motivo de este deporte no debería tener mayor trascendencia en el ámbito de la vida en general. Sin embargo, las pasiones desbordadas hacen que muchas veces el alcance del fútbol llegue a extremos inimaginables.
Es tal el impacto de esta disciplina en la sociedad que los fervientes sentimientos que genera hacen que las personas adopten roles para los cuales nunca se han preparado. En las gradas del fútbol aparecen cantantes sin buena voz, médicos que dan un parte a metros de distancia a pesar de no haber ido nunca a la academia, meteorólogos que predicen el clima, aunque no saben qué es un pluviómetro; e incluso abogados, sin haber pisado un despacho.
Pero como la pasión del fútbol nos alcanza a muchos, aquí haremos el papel de picapleitos en aras de defender la imagen de alguien a quien se está acusando indebidamente: el técnico de Junior de Barranquilla, Arturo Reyes.
La decisión del estratega samario de rotar su nómina en el último partido versus el América de Cali trajo consigo un chaparrón de críticas. No es para menos, que un rival tradicional te marque 4 goles no es precisamente un motivo para estar alegres.
Sin embargo, en las últimas horas, el timonel del ‘Tiburón’ ha sido enjuiciado de manera injusta por el periodista deportivo Ricardo Henao, quien presentó argumentos livianos para criticar la gestión del entrenador samario.
En una reciente columna, el comunicador escribió:
“Si usted llega a un equipo, y de una vez le dicen ‘hermano, usted viene a ser suplente, viene a ser parte del segundo equipo’, eso condiciona negativamente su rendimiento. Es un error en la gestión de la nómina rotular a una parte de la plantilla como el grupo B, grupo alterno, grupo suplente… como el ‘otro’ grupo. Los técnicos deben hacer unas mezclas diferentes en su plantilla para que ese segundo equipo no se sienta menospreciado”.
Personalmente, no estuve en el momento en el que Arturo Reyes le dio la bienvenida por primera vez a cada uno de los futbolistas que llegaron al club y que están bajo su mando. Así como tampoco creo que haya estado el señor Henao. Pero dudo mucho que de entrada le hayan dicho a un jugador que viene al equipo a ser suplente.
En todos los equipos hay futbolistas que son mejores que otros. Por eso hay titulares y suplentes. La conformación de un onceno no se puede basar en contentillos colectivos para que todos estén felices. Todo se hace en función de lo que sea mejor para el equipo.
Ningún técnico “condiciona” a un jugador dejándolo en un banquillo. La asimilación de que alguien está haciendo las cosas mejor que tú ya es una cuestión que varía de acuerdo a la fortaleza de cada quien y las ganas que tenga de superarse.
Y públicamente, el técnico Reyes no ha rotulado a sus jugadores como “grupo B, grupo suplente o el otro grupo”. Eso es un invento de la opinión pública, la cual sí puede llegar a afectar lo que siente el futbolista, quien internamente debe aceptar los designios, como todo un profesional, y hacer caso omiso a todas estas clasificaciones externas.
Luego, el periodista de RCN agrega:
“Un buen ejemplo es el caso de Marco Pérez. Llevaron al gran goleador de la Liga del año pasado, y se demoró más de seiscientos minutos para marcar su primer gol, y lo hizo de penalti”.
Si hay alguien que ha tenido oportunidad es el señor Pérez, pero su destreza goleadora, hasta el momento, no ha despegado del Aeropuerto Internacional José María Córdova. A su lado está el ejemplo de Steven el ‘Tití’ Rodríguez, quien no ha contado con los mismos minutos, pero ha sabido responder cada vez que se le da la chance.
El señor Reyes es un buen técnico. Se equivoca, bastante, pero tiene convicción y me parece que es el técnico que necesita Junior. Hay mucho para criticarle, pero tampoco hay que inventarse argumentos ligeros. Si le van a dar palo, que sea con uno de madera, no con uno de papel.