El humano históricamente se ha fascinado con las cosas que son grandes. Con todo aquello cuya cualidad de portentoso llena la retina de las personas. Las mujeres, por ejemplo, tienden a aterrarse con la idea de senderear agarradas de la mano con un parejo más bajo que ellas. Los hombres, por su parte, se acomplejan si ciertas partes del cuerpo no tienen las proporciones deseadas.
Parece que el mundo conspira para que sobresalga todo lo que sea más grande. El problema está cuando aquello que es colosal no posee la habilidad o inteligencia necesaria para administrar tal poder. Por ejemplo, en las fascinantes historias míticas de los gigantes, encontramos a Polifemo, el cíclope torpe de ‘La Odisea’ de Homero.
De igual forma, han existido figuras como el rey David, cuya estatura inferior desafió a todos los pronósticos que le daban por muerto ante Golliat. Y es que la agudeza mental siempre será un arma mucho más poderosa a una masa portentosa que no se maneja correctamente.
Junior de Barranquilla se enfrentará este miércoles a un rival muy grande, que durante toda su vida lo ha intimidado. Lo ha sometido. No tiene cara, color, ni uniforme, pero psicológicamente ha jugado con la mente de cada uno de los jugadores que se ha puesto la camiseta del club.
El contrincante de turno es Millonarios, pero el rival a vencer es la altura y a toda aquella creencia que imposibilita al ‘Tiburón’ de sacar resultados positivos cuando se presenta en estadios que se elevan sobre el nivel del mar, ya sea en Bogotá, Tunja, Quito, La Paz, etc.
Si fuera algo imposible, el elenco barranquillero nunca en su historia hubiese sumado puntos en este tipo de plazas. Pero, no es así, pues, aunque hay que aceptar que son muy pocos los registros, Junior sabe lo que es respirar la victoria en sitios donde el oxígeno se reduce.
Junior tiene que pensar, soñar, meditar, desayunar, almorzar la palabra fútbol. Que todo gire en torno al fútbol y se concentren en jugar. Que se olviden de la altura, ya que para ganar hay que jugar como gigantes, pero no de cuerpo, sino de mente.