Los médicos siempre recomiendan a las personas asistir a recibir atención profesional cuando comienzan a manifestarse los primeros síntomas de una enfermedad que podría causar severas afecciones en la salud. De esa forma, los galenos aseguran que se aumentan las posibilidades de prevenir o curar un traspié en nuestro bienestar.
Pero, qué complicado es cuando el paciente no hace caso a este llamado. Muchas podrían ser las razones. Desconocer o ignorar los síntomas pueden ser los argumentos más comunes. Sin embargo, el asunto se presenta más complejo si el afectado es consciente de los signos, los vive, los sufre, los asimila, los palpa, y, aún así, no hace nada. Deja su vida en manos del destino.
Dentro del humor contemporáneo que nos ofrecen las redes sociales, se esconden muchas verdades disfrazadas de chiste. Y uno de los memes más acertados son aquellos en los que sugieren que el hombre prefiere ver qué puede hacer el destino con su vida, en lugar de recibir ayuda médica. Eso es cierto. Lo sé, porque soy así.
Y parece que el técnico de Junior de Barranquilla, Arturo Reyes, también es así. Afortunadamente, él goza de plena salud. Pero, en plano futbolístico, sus decisiones prematuras o tardías no le afectan solo a él, sino al equipo que está bajo su dirección.
La plantilla del cuadro ‘tiburón’ aqueja un desgaste físico y eso es algo que nadie puede negar. No es solo el hecho de la seguidilla de partidos, sino que el elenco rojiblanco ha tenido que realizar viajes largos y presentarse en plazas con condiciones naturales particulares, las cuales nos afectan más a quienes acostumbramos a ver el sol salir desde el nivel del mar.
Esto quedó evidenciado en la última presentación del cuadro de la ‘Arenosa’ ante el Deportivo Pereira. Sin embargo, a pesar de que una escuadra se encuentre más desgastada físicamente, eso no debe significar una desventaja total en el juego y, a partir de las acciones del DT, el problema del cansancio puede ser llevadero.
Lástimosamente, Reyes no le hizo caso a los médicos y no tomó las acciones correctivas en el momento que debía. No me refiero al planteamiento del partido, porque creo que nadie premeditó que los primeros 30 minutos de juego se iban a dar de la forma en que terminaron siendo. Si usted lo visionó, hágamelo saber en un comentario, para poder felicitarlo.
El primer gol del cuadro ‘Matecaña’ fue como una leve tos; Junior sintió la molestia en su garganta, pero su cuidador (Reyes) no prestó mucha atención al médico. El segundo tanto ya vino con un fuerte dolor en el pecho y Arturo decidió mirar para otro lado. La tercera diana se presentó con la imposibilidad de respirar, pero el timonel no hizo nada. Dejó todo a merced del destino. Como buen hombre.
A pesar de no haberse mosqueado ante un inminente paro cardiorespiratorio, el mismo destino le sonrió al buen Reyes por medio de Carlos Bacca, quien le dio un buen bocado de aire para aguantar hasta el medio tiempo, momento en el cual el técnico decidió actuar. Pero, el reloj no dio espera y no se alcanzó el objetivo.
Esta mala experiencia será buena en el sentido en que el técnico tome las medidas correctivas para los próximos planteamientos. Y, si las cosas no van bien, no dudar en acudir a los médicos.
Una breve explicación táctica del problema que tuvo Junior
Al fijar a los delanteros (Bacca y Pérez) con la última línea del Pereira, Reyes terminó proponiendo un duelo mano a mano entre los volantes de ambos equipos. (VER VIDEO)
Teniendo en cuenta esto, considere lo siguiente:
El equipo de Leonel Álvarez tenía en sus líneas de volantes a estos CINCO jugadores para esa batalla en la zona media: Ederson Moreno (30 años), Juan Ríos (32 años), Jhonny Jordan (23 años), Andrés Ibargüen (32) años y Alejandro Piedrahita (21 años). A eso súmele que Carlos Darwin se tiraba hacia atrás con sus 36 primaveras, pero con el estado físico de un delfín.
Por su parte, Reyes tenía a estos CUATRO: Didier Moreno (32 años), Víctor Cantillo (30 años), José Enamorado (25 años) y Yimmi Chará (33 años).
Junior afrontó ese duelo particular con menos jugadores, mayores en edad y con mucho más desgaste reciente. Era pelea de tigre con burro amarrado. La catástrofe pudo ser más grande.
Hagamos el ejercicio de ponernos en los zapatos de Reyes:
Planteamos un partido con la convicción de que nuestro esquema va a funcionar. Recibimos un gol, el cual podríamos interpretar como una acción circunstancial del juego y más teniendo en cuenta de que la primera gran chance la tuvimos nosotros. Hasta ahí, entiendo que el DT no haya tomado la decisión de cambiar su postura incial.
Luego, encajamos un segundo tanto, en el cual hay un error individual de Gabriel Fuentes. Bueno, las cosas no están saliendo como lo esperábamos, pero finalmente esa acción se pudo haber evitado si nuestro lateral no se equivocaba. Digamos que hasta ahí también aguantamos más nuestra propuesta.
Pero, ya con tres goles y viendo que tu equipo está siendo superado escándalosamente, yo no puedo seguir en los zapatos de Reyes. Titubeó en tomar las correcciones en el momento que debía. Algo que no es común en él, pues suele ser un estratega que no le tiembla la mano para cambiar esquemas en la marcha del partido.
Sin embargo, la invitación es a apoyar a esta plantilla. A creer en las capacidades de los jugadores y del técnico, quienes tienen todas las condiciones para sacar a este equipo bicampeón del fútbol colombiano. Tomemos esto como un traspié, del cual nos vamos a levantar.