Junior de Barranquilla enfrenta serias consecuencias tras la publicación de la Resolución 42 del Comité Disciplinario de la Dimayor, correspondiente a las sanciones de la tercera jornada de los cuadrangulares finales del fútbol colombiano. En dicho documento, se han detallado las multas y suspensiones impuestas al equipo atlanticense debido a graves acusaciones de insultos y maltrato contra el árbitro Nicolás Gallo.
El encuentro en cuestión se disputó en el Estadio Metropolitano, donde Junior sufrió una ajustada derrota por 2-3 ante el Deportivo Pereira. Los goles para el conjunto visitante fueron anotados por Alejandro Piedrahita, en dos ocasiones, y Andrés Ibargüen. Por su parte, Carlos Bacca y Deiber Caicedo marcaron para el equipo local. Además, el partido estuvo marcado por las expulsiones de Jhonny Jordán y José Enamorado del Junior.
Según la resolución, al término del partido, algunos miembros del Junior dirigieron palabras ofensivas y groseras al árbitro Gallo, criticando duramente sus decisiones arbitrales durante los 90 minutos. Los implicados en estos incidentes fueron José María Pazo, preparador de arqueros, y Héctor Fabio Báez, delegado de campo.
El informe arbitral de Gallo señala lo siguiente sobre Báez: “Finalizado el partido y antes de entrar al camerino, me dijo ‘Un desastre de árbitro, te voy a bloquear 4 años. Siempre es lo mismo, malo, perverso. Por acá no vuelves, petardo hijo de…’ de una manera airada y grosera”.
En cuanto a Pazo, el informe indica: “Finalizado el partido y antes de entrar al camerino, me dijo ‘Hijo de… Muy malo Gallo, yo pensé que usted era el mejor, pero es terrible de malo, perverso”.
Ante estas acusaciones, el Comité Disciplinario decidió imponer sanciones y multas económicas a los dos integrantes del equipo. José María Pazo recibió una suspensión de tres fechas y una multa de tres millones novecientos mil pesos ($3.900.000), mientras que Héctor Fabio Báez fue sancionado con una suspensión de seis fechas y una multa de siete millones ochocientos mil pesos ($7.800.000).
Estas sanciones se basan en la infracción descrita en el literal b) del artículo 64 del Código Disciplinario de la Federación Colombiana de Fútbol, que aborda el comportamiento inapropiado hacia los oficiales de partido. El Junior de Barranquilla, ahora, no solo enfrenta un desafío en el campo de juego, sino también el reto de manejar las consecuencias disciplinarias impuestas por la Dimayor.