Parece que la utopía de llegar clasificados a las finales de la Liga BetPlay, antes de que comience la fase de grupos de la Copa Libertadores, para Junior de Barranquilla se quedará simplemente en eso, un deseo de compleja realización.
A pesar de un inicio prometedor, el equipo de Arturo Reyes fue divagando de a poco en su andar y ahora ya no le sobran puntos en la clasificación, misma en la que parecía que cabalgaría holgadamente hasta el final del ‘todos contra todos’.
La ‘virosis de los grandes’ alcanzó a Junior, pues no fue inmune a la crisis resultadista que afecta a otras importantes escuadras como Atlético Nacional, Millonarios, América de Cali e Independiente Medellín.
Sin embargo, el onceno rojiblanco se encuentra estable, ‘en piso’, y no ha sido necesario remitirlo a sala de urgencias, junto a los otros equipos que mueven masas en Colombia. Por ahora.
El tratamiento a seguir para el club de la ‘Arenosa’ dependerá en gran medida de lo que pase el próximo viernes, cuando enfrente a las Águilas Doradas de Rionegro en la jornada 11 del certamen local, un equipo que viene con una marcha regular de la mano de un viejo conocido en Junior.
Hernán Darío el ‘Bolillo’ Gómez, aquel técnico que, con su discurso persuasivo, supo mantenerse más de la cuenta en el banquillo del equipo barranquillero en el semestre pasado. Pero, el destino quiso que finalmente diera un paso al costado para que la institución caribeña ganara su décima estrella.
¿Qué hubiese pasado si ‘Bolillo’ se quedaba? Nadie lo puede descifrar. Lo único cierto es que el estratega paisa se fue dolido, pues él no se consideraba culpable del mal andar de Junior en su momento, así como tampoco creía posible que esa misma plantilla, que tenía en los últimos puestos de la tabla, aspirara a campeonar.
Solo el silencio de su recámara sabrá el sentimiento que el timonel antioqueño sintió cuando vio a Carlos Bacca, persona a la que prácticamente tildó de exjugador, levantarse con el trofeo de la liga y el botín que lo acreditaba como máximo goleador del campeonato.
Lo que sí debe ser un hecho son las ganas que tiene Gómez de ganar este duelo que aproxima y que puede significar una especie de venganza personal para el experimentado técnico o, por el contrario, la oportunidad de que Reyes resurja de una mala racha y que sus dirigidos encuentren el fútbol que los llevó a lo más alto hace pocos meses.
Cómo dice el dicho lo que no sirve que no estorbe😂😂😂