Rubén Darío Velásquez fue una pieza clave en la conquista del título de la Copa Libertadores en 2004 con Once Caldas. Este exvolante de marca era un jugador fundamental en el esquema del técnico Luis Fernando Montoya durante esa época. Aunque debutó profesionalmente con Atlético Nacional en 1995, fue en Manizales donde se consolidó como figura después de su paso en 1997.
El apodado ‘Chusco‘ en el ámbito futbolístico colombiano se retiró en 2009 tras jugar para Patriotas Boyacá. En 2013, decidió emprender un nuevo camino y se dedicó al negocio de los taxis en la ciudad de Medellín, donde encuentra satisfacción en su trabajo y disfruta de pasar desapercibido ante la mayoría de sus pasajeros.
En una entrevista con el periódico El Colombiano, Velásquez, ahora con 48 años, comparte que disfruta de la tranquilidad y la independencia económica que le brinda su labor como taxista en Girardota. A los 33 años, decidió apartarse del fútbol y asumir el control de su propio destino, invirtiendo en un taxi en la capital antioqueña.
El exjugador explica que su transición al mundo de los taxis no fue planeada, sino que surgió de manera natural. A diferencia del fútbol, donde tenía que cumplir horarios y responder ante un patrón, ahora puede trabajar a su propio ritmo y disfrutar de una mayor libertad.
“Como no hice carrera acá en Medellín, es mucho mejor. Esa es una de las partes que más me gusta. Por ahí de vez en cuando uno se encuentra alguien que te reconoce, pero no es frecuente. No tenía la idea de estar vinculado en el fútbol y teniéndolo ahí, un día me puse a trabajar en el carro y en eso estoy. No fue que lo tuviera planeado, se fue dando (…) En el fútbol siempre vas a tener un patrón, vas a tener que estar cumpliendo un horario”, dijo Velásquez.
Además de su destacada participación en Once Caldas, Velásquez también se coronó campeón de liga con el Boyacá Chicó en 2008 bajo la dirección técnica de Alberto Gamero. Además, tuvo la oportunidad de representar a Colombia en algunos encuentros, incluida su participación en la Copa Confederaciones de 2003.